El Sitio de Antonio Naval Mas

El jardin de Lastanosa en Huesca

Lunes 25 de octubre de 2010 por Antonio Naval

El trabajo fue publicado en el "Boletin del Museo Camon Aznar", núm. 102, (Zaragoza, 2008) pp 413-451, ilus. El estudio fue elaborado con ocasion del IV centenario (2007-2008) del nacimiento de Lastanosa. Hubo una publicación previa, y una conferencia internacional. Se trató del Jardín de Lastanosa, pero sin aportaciones destacadas.

[En el 2011 han sido publicadas las ponencias de la Conferencia Internacional del 2007, bajo el título "El Inquiridor de Maravillas". Las relacionadas con el Jardin, aunque modifican las aportaciones leídas, se mantienen en los tópicos y no incorporan las novedades en la investigación]

LOS DIBUJOS DEL JARDÍN DE LASTANOSA, EN HUESCA (SIGLO XVII)

Antonio NAVAL MAS

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Panoramica estanque

Importancia del legado gráfico y descriptivo de los jardines de Lastanosa

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Planta
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Alzado
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Pocos son los jardines históricos españoles de los que se conserva información gráfica. Uno de ellos es el jardín o jardines de Vincencio Juan de Lastanosa. Estuvieron junto a su casa de Huesca en el siglo XVII. De estos jardines afortunadamente han llegado a nosotros una planta general y dos dibujos de parcelación en un manuscrito denominado Genealogía. Estos son llamados “vista primera” y “vista segunda”. Aquella está a escala en varas aragonesas, y estos incluyen información de alzados abatidos. Estos dibujos no incluyen escala pero se acomodan o coinciden con el proyecto o planta de todo el jardín. A todo esto hay que añadir una importante “zinografía y montea“, alzado en definitiva, de la casa de Lastanosa, vista desde la fachada, tras la cual deja entrever en perspectiva caballera otra parte del jardín. Un quinto dibujo es el detalle del templete que fue construido en el centro del estanque.

Los cinco dibujos son complementarios en un proyecto único, y coinciden o se encajan en el plano de conjunto. Con todo este extraordinario material se puede localizar con toda precisión el emplazamiento de los célebres jardines y las ubicaciones sectoriales de las parcelas. A esto hay que añadir que la información minuciosa que aportan estos dibujos de detalle permite reconstruir con precisión algunos de sus rincones.

Estos dibujos han llegado a nosotros incluidos en un tomo rehecho en agosto de 1788, con la intención de conservar el material documental de la familia Lastanosa. En esa ocasión fueron añadidos otros papeles reencuadernando el volumen. Vincencio Juan fue quien en 1651 hizo la compilación original. En ella fueron incluidos los dibujos en cuestión, y, otros sumamente interesantes relacionados con la capilla de esta familia en la catedral. El tomo se identifica como Genealogía, y está en la Biblioteca Nacional de Madrid con la signatura Mss. 22.609.

Esta recopilación busca para el conjunto de los documentos una presentación unificada. Para ello cada folio fue cajeado de acuerdo con patrón constante mediante un enmarque de 19 por 31 centímetros para el contenido de cada folio. Los cuadernillos que incluyen los folios de los dibujos de los jardines y algunos de la capilla, también fueron sometidos a la presentación unificada del conjunto mediante el cajeado de las mismas dimensiones. Al ser este cajeado inferior a las dimensiones de los dibujos que son de nuestro interés, algunos lo sobrepasan. Con toda probabilidad si los folios de los dibujos no son los más antiguos están entre ellos. Lo que es incuestionable es que hubo en la presentación una intencionada búsqueda de unificación. Es lo que induce a pensar que si la primera recopilación se ha datado en 1651, estos dibujos del jardín y casa no son posteriores. Esta precisión es importante para sacar las conclusiones.

Junto a la extraordinaria información gráfica que ofrecen estos dibujos contamos también con una descripción firmada por el cronista Francisco Andrés de Uztarroz [1] . Este conocido historiador, muy relacionado con la familia de Lastanosa, sin duda vio los Jardines. Cotejar su descripción y los dibujos de los jardines incluidos en la recopilación lleva a interesantes conclusiones. Andrés de Uztarroz murió en 1653. El año anterior certificó ser cierto lo que se contenía en la recopilación datada en 1651, referente a los antecedentes de la familia Lastanosa.

Hay otro relato de los jardines, que en realidad no encaja con lo reproducido en los dibujos y con el testimonio de Uztarroz. Está datado en 1639 y se atribuye al propio Juan Vincencio que sería quien la dictó [2] . Esta minuciosa descripción que incluye unos croquis, puestos una y otros en relación con los dibujos de la Genealogía, no hay coincidencia y resulta inexacta y exagerada, comparada con la descripción de Uztarroz, que coincide con las “vistas”. Da la impresión de que la descripción de 1639 es un deseo al borde de la fantasía. Por esta dificultad para compaginarla se ha propuesto ser una falsificación, con aseveración preferentemente fundada en la suposición [3]. Aun pudiendo ser el manuscrito conservado una copia posterior de un escrito de aquel año, 1629, no es necesario formular la hipótesis de la falsificación si se tiene en cuenta la abundante literatura exageradamente encomiástica de la época que buscaba para cualquier ciudad y muchas personas unos precedentes memorables y destacarlas por unos rasgos sobresalientes, que les encumbraran, al margen de que fueran ciertos o no.

Con toda probabilidad en el año de 1639 podía existir algo de los jardines que se describen, como sería la compartimentación del sector de los jardines situados al mediodía de la “calle mayor”, según terminología del manuscrito y croquis. Pero es imposible compaginar la geometrización de los croquis que acompañan a esta descripción con los de las “vistas”. No coinciden otros aspectos como, por ejemplo, la situación del embarcadero. El manuscrito de 1639 llega a ofrecer constataciones desconcertantes, como es la dificultad para coordinar entre si los croquis incluidos en él. Se puede pensar que Juan Vicencio formuló un deseo grandilocuente cuya viabilidad no había sopesado bien. Incluso se debe pensar que hizo llegar este deseo escrito de su huerta-jardín a quien diseñó los jardines quien parece que lo tuvo en cuenta, por lo menos en algunos aspectos, introduciendo variaciones importantes con respecto a ese deseo. Estos jardines, por lo menos en parte, estaban hechos, aunque no terminados, cuando escribió Uztarroz a mediados del XVII. Lo que este cronista describió coincide con los dibujos de la Genealogía aunque no describió todo lo que en ellos hay, con toda probabilidad porque todavía no estaba hecho o quizá, porque nunca se llegó a hacer. Es decir los dibujos o “vistas” son más completos respecto a una idea de conjunto que la descripción de Uztarroz quien solo debió hablar de lo que vio. Su información, no obstante, coincide con los dibujos, debiendo pensarse que lo que no dice es porque en ese momento no se había hecho.

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Segunda vista
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El valor informativo de los dibujos

Estos jardines fueron hechos a partir de la propuesta del arquitecto jardinero que hizo los dibujos, quien en líneas generales recogió los supuestos deseos de Vincencio Juan formulados en la descripción de 1639, reformulándolos de acuerdo con sus conocimientos de jardinería italiana.

El primero de los dibujos es una planta general [4] (fig. -). Está levantado a escala en varas que se incluye en el plano [5]. Esta importante información permite localizar con exactitud el histórico jardín, y encajarlo en el lugar exacto donde estuvo.

Este plano, que es de todo el terreno que había detrás de la casa, incluye la planta de ésta y la ubicación del laberinto y estanque y parterres con la disposición y proporciones que coinciden con los estudios o dibujos de detalle, llamados “vistas” [6] Figs - y -) . Estas vistas están hechas con la intencionalidad de plasmar una idea precisa y de detalle, por lo que están dibujados a una escala mayor, que no incluye en estos dibujos. Con estos dibujos hay que poner en relación un cuarto dibujo, que también aparece en la Genealogía, con la fachada de la casa vista desde el Coso. Es titulado ”Zinografía y montea” [7] (fig -), y es de un extraordinario valor para recomponer el aspecto de la casa vista desde el Coso [8] . Incluye una parte de los jardines situados tras ella, siendo útil para completar la reconstrucción de los jardines. No es continuación exacta de la “primera vista” [9], la más amplia de las dos vistas, pero con toda seguridad son dos dibujos complementarios que permiten deducir que entre ambos no hubo un elemento importante del que no tengamos noticia [10] .

El conjunto de todos estos dibujos muestran el aspecto de la franja situada al norte de todo el jardín. Esta franja viene a coincidir con el ancho de lo que fue la fachada de la casa. Tras esta casa aparece en el dibujo de la “Zinografia” [11] la plazuela que describe Uztarroz, y el espacio destinado a los jardineros, Esta plazuela y este espacio no fueron proyectados o dibujados en las “vistas”. A continuación, hacia poniente, se alineaban con geometrización de jardín italiano los parterres, presuntamente de flores. Estos parterres estaban interrumpidos por un camino que daba acceso al camino de la Fuente del Angel, con el que conectaba perpendicularmente. Después continuaban los parterres, hasta llegar a la plaza del embarcadero, tal como aparece en el dibujo llamado “vista primera” [12]

Según la “vista primera” junto al embarcadero se había

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Primera vista
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pensado construir un reloj solar. De este reloj no habla Uztarroz. Constatación que debe tenerse en cuenta. El embarcadero y el laberinto aparecen en las dos vistas. Ambas incluyen alzados coincidentes en los detalles. En los dibujos aparecen cuatro esculturas al borde del estanque. Uztarroz habla de las dos que el vió colocadas, dando la sensación de que coinciden en el tema de cada una de ellas. Las esculturas enumeradas en la descripción de 1639 no coinciden ni en el número ni en el tema con lo que dice Uztarroz. Se verá después.

En su centro había una construcción a manera de templete, que se denomina “escollo”.

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Escollo
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Es un elemento curioso y un tanto extraño, que queda minuciosamente desarrollado en otro de los dibujos, el quinto [13], de los adjuntados a la Genealogía. Este elemento es lo que más se diferencia de la propuesta del manuscrito de 1639.

Respecto al Laberinto, que era una “..de las tres cosas mas memorables...” [14], ambas vistas ofrecen un trazado que no es coincidente, y que por falta de claridad en ambos casos hay que reinterpretar. El de la vista primera, no obstante, está más cerca de la descripción de 1639.

De acuerdo con el plano general [15] que incluye escala, la zona sur de la “calle mayor”, según terminología del manuscrito de 1639, estaba dividida en cuatro partes coincidiendo con este manuscrito, aunque aquí aparecen en cruz y allá en aspa. Para entender esta falta de coincidencia hay que tener presente que, a diferencia de las “vistas” de la Genealogía, los croquis de 1639 no buscan precisión sino solo dar una idea aproximada, hasta el extremo de que resulta difícil en alguna ocasión, como queda dicho, compaginarlos entre ellos.

En todo caso, como vamos a precisar, siempre se puede afirmar que en esta ocasión lo que se hizo fue sin proyecto, o que los dibujos se han perdido. Pero en todo momento habrá que tener presente la descripción de Uztarroz que murió en 1653. Se limita a decir que por esa parte había un bosque de álamos. Esta escueta referencia debe tener en nuestro intento de recomponer los jardines una valoración bien diferente a la consideración de información insuficiente

Desajustes más significativos.

Laberinto

Comparando ambas vistas de la Genealogía, se constata que no es el mismo trazado o recorrido del laberinto recogido en cada una de ellas. Probablemente son dos propuestas diferentes, En ambas falta nitidez y hay que interpretarlas. Presumiblemente la “vista segunda” que está hecha a escala mayor, es una propuesta posterior y es la que pudo ser hecha. Ha habido una propuesta de reconstrucción basada principalmente en el dibujo segundo [16]

A partir de estos dibujos es posible recomponer el pabellón central del laberinto y el túnel-pérgola o calle cubierta que rodeaba todo el laberinto. Están hechos con tal precisión que obliga a asumir como conclusivos los detalles propuestos. No por casualidad los dibujos se llaman “vistas” de acuerdo con la terminología de la época. En consecuencia, surge la duda sobre si en ese laberinto no estuvo previsto que los setos no sobrepasaran la altura de una persona pues en los dos aparecen dibujados de forma que podrían verse por encima de ellos los paseantes que anduvieran por sus calles.

Uztarroz describe al lado del estanque lo que del laberinto se veía: “Por la parte de poniente (del estanque) se ve un gabinete cuadrado que remata en cúpula redonda con pirámides en las esquinas... y un lienzo de pared con ventanas redondas, rematando en una puerta redonda que previene la entrada a una calle cubierta, correspondiente a otra calle que tiene tránsito por el gabinete” [17] .

Así es como aparece en las dos vistas, con la única diferencia que en ellas no se ven las pirámides aludidas, que, sin duda, fueron una añadidura posterior al proyecto dibujado. En los dos dibujos hay a la izquierda, en el lateral que da al estanque, un pabellón abovedado, situado en una esquina del jardín geometrizado, y contiguo al mismo. Y en los dos se ve con toda claridad un panel con ventanas y la embocadura en arco de un túnel-pérgola que rodeaba el laberinto. Las ventanas de este panel quedan situadas a la altura de los ojos. La diferencia, irrelevante, está en que Uztarroz habla de que son redondas y en el dibujo aparecen cuadradas. Pudo ser una modificación de última hora. A través de ellas se podía ver quien paseaba por el laberinto pues los setos no son tan altos como para impedirlo. A esta percepción deducida de los dibujos, realizados minuciosamente, hay que añadir que el laberinto fue pequeño [18] .

Ambas entradas, la de la cúpula y la de la puerta redonda, eran las embocaduras de una pérgola o túnel abovedado perimetral, construido con estructura que podría ser de hierro, pero que probablemente sería de madera y cuerdas, que servirían de soporte a las trepaderas. Es lo que describe diciendo: “el triangulo (está) rodeado de una calle cubierta“, En realidad es un cuadrado irregular, con dos laterales formando un ángulo muy agudo motivado por los caminos exteriores de la Fuente del Angel y del Matadero. Y añade: “... acabadas de andar sus calles, fenece en un gabinete prolongado con muchas ventanas, el techo con bovedilla y remata en forma de pirámide” [19] . Es el pabellón central que se ve en las vistas.

Ambas vistas ofrecen para el laberinto soluciones de recorrido inviable si no se hacen rectificaciones lógicas [20] . La propuesta adjunta en el dibujo, rehace la vista primera que estaría más cerca de lo que se dice en el manuscrito de 1639, que habla de que se entra torciendo a la derecha. Implica tener que desandar todo el camino para salir por donde se ha entrado.

En otro momento lo describe diciendo “Al lado de la calle que tiene su principio en el gabinete (se refiere al primero que ha descrito como entrada, situado a la izquierda) corre un canal de piedra por donde desemboca el agua del estanque, rematando en lavador pequeño de piedra, cubierto con un gabinete con el mismo adorno que los demás”. Se refiriere con toda seguridad al volumen construido de semejante forma, que en ambas vistas aparece fuera del perímetro del laberinto, yuxtapuesto a él, y con acceso desde el túnel [21] . El mencionado lavadero, no necesariamente tenía que ser para lavar ropa. Probablemente sería algo así como una pila para lavar las manos.

Consecuentemente, es fácil relacionar el relato de Uztarroz con las vistas, siendo coincidentes y poniendo de manifiesto que el proyecto dibujado fue llevado a cabo con bastante fidelidad.

Mas difícil resultar compaginar los dibujos con el texto del manuscrito de 1639 que entre otras cosas dice del laberinto “...este es el que da fin a las tres cosas más memorables de la casa de Lastanosa por su coste, riqueza y disposición” [22] . Lo describe como cercado de cipreses grandes, a cuya protección había naranjos y otros árboles exóticos como el de pimienta. La entrada la describe como una callejita que forman dichos árboles, “se entra hacia la derecha después se vuelve hacia la izquierda”. De acuerdo con este detalle la descripción de este manuscrito estaría más cerca de la propuesta de la “vista primera” [23] .

En el centro, dice este manuscrito, hay una plazuela con un montecito, detalle al que no se alude en las vistas. De acuerdo con la concepción exagerada del manuscrito, para subrayar el intrincado recorrido del laberinto dice que los jardineros necesitan de un hilo para salir. Finalmente describe una original y complicada entrada esculpida en murta con figuras [24] . Es el desiderata de un complejo ajardinado, siempre lleno de significado, que allí tenía el principio para acabar en el pabellón central con no se sabe bien que figuras de santos, quizá aludiendo sin precisión a la significación de la presencia de ermitaños en los jardines.

El manuscrito de 1639 llega incluso a dar una medida: “no teniendo más todos sus cuatro ángulos que 522 pasos” [25] . El que lo dé cómo dato comprobado es desorientador, a no ser que se piense que manifiesta un deseo que da por hecho, al tener decidido que se va a hacer. Es en definitiva el género literario que hablando de un futuro por realizar usa el presente de indicativo dando por hecho lo que todavía es un deseo. Este recorrido es inferior al que da para otros de los parterres, que sobre el plano no podían ser grandes, lo cual incrementa las dudas.

Si con esa cifra se refiere al perímetro de todo el laberinto, éste sería mayor que el espacio que actualmente hay en el mismo lugar donde estuvo el laberinto. Este lugar, que en el parque actual coincide con la parcela de los servicios públicos, ofrece una planta similar a la de las vistas, lo cual es por mera coincidencia con la planificación que del parque se hizo en los años veinte del pasado siglo. Si la cifra dada se refiere al recorrido por sus calles entonces se trataría de un laberinto pequeño.

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Grabado - Laberinto
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El jardin geometrizado

Según el proyecto de conjunto, recogido en ambas vistas, al sur del laberinto y estanque, y al norte de la “calle mayor”, habría un área geometrizada más de acuerdo con la jardinería italiana que con la francesa. Uztarroz los describe brevemente diciendo:“ ... en el espacio que hay entre el desaguadero (del laberinto) y la calle principal (de todo el jardín) y el estanque, se admira un jardín, cuyas divisiones son de bojes, y en él logran la vista y el olfato desde el tulipán el junquillo, sin que falte nada” [26] . De acuerdo con el lenguaje dibujístico usado en las vistas se debe deducir que la geometrización de esta parte fue pensada por el jardinero diseñador para áridos de distinto color o textura, que diferenciarían las sendas de los parterres geometrizados. En los otros parterres dibujados en las mismas vistas aparecen los alzados de los setos, cuando se supone que serían levantados. Probablemente no fue esta la propuesta dibujada para el jardín geometrizado, y, a la hora de llevarlo a cabo, la delimitación se hizo con setos de boj para contener flores, pues de unos y otras habla Uztarroz. Anotación que hay que tener en cuenta para hacerse una idea exacta de lo que en realidad se hizo. Nada tiene de particular que, sobre la marcha, se reinterprete o modifique un proyecto previamente diseñado.

Hay que hacer notar que Uztarroz no hace ninguna alusión al anagrama IHS que aparece en las dos vistas. En los dibujos o vistas este anagrama parece dar un sentido a esta parte del jardín que probablemente estaba intencionalmente yuxtapuesta al laberinto (fig -). En aquella época se solía impregnar todo de un fuerte contenido simbólico, incluidos los jardines. No al margen de poder descodificar los símbolos había publicados manuales para interpretar emblemas, motes y jeroglíficos.

Probablemente este sector geometrizado formaba parte de una concepción de conjunto quedando relacionada simbólicamente la presentación de un recorrido laberíntico, pero con cierta claridad, con el laberinto propiamente dicho, de concepción más misteriosa. Para su interpretación podría ayudar la alusión del Criticón. No obstante Uztarroz además de no hacer ninguna mención al anagrama tampoco la hace a la supuesta simbología.

Otra cosa es sincronizar el relato 1639 con las vistas. Este texto dedica bastantes líneas a esta parte. Lo describe por parterres que identifica numéricamente. La descripción coincide en la situación a la derecha de la calle mayor que cruza el jardín. Lo describe teniendo la casa como referencia, comenzando por el que llama jardín segundo. Lo dibuja en aspa, por lo que no coincide con la vista y habla de la existencia en él de muchas pirámides. Da el recorrido en pasos que cifra en 608. Por lo tanto, con una extensión mayor que la del laberinto. El siguiente parterre que llama tercer jardín dice que está resuelto de la misma forma y tiene un perímetro de 280 pasos. Del cuarto jardín dice que está resuelto como los anteriores a excepción de un adorno vegetal que se supone está en el centro de una glorieta que dibuja como articulador de esta parcela. Su recorrido lo cifra en 230 pasos. Habla de que por una de sus esquinas conecta con el embarcadero, precisión que tampoco coincide con los dibujos o vistas, siendo uno de los más claros desajustes. Al ser sus dimensiones decrecientes en parte podría acercarse a las vistas si la descripción la hubiera empezado por el lado opuesto. Entonces ciertamente por la parte del último parterre estaba el embarcadero. Pero no es así pues precisa que de acuerdo con el orden de relación a partir de la casa el quinto jardín limita con la cerca y con el estanque y laberinto. Esa es la ubicación que dan las vistas. Para su perímetro da 600 pasos. Por la parte del laberinto habla de naranjos colocados junto a cipreses puestos a su norte, para protegerlos de los vientos fríos que pudieran helarlos. Serían los que describe en relación con el laberinto [27]

Añade: “En todos estos jardines de mano drecha, ya que no hay fuentes, hay muchísimos cañoncitos de bronze que con mucho disimulo arroxan azia arriba agua, de forma que llueve en todos ellos, cuando el Dueño o los jardineros quieren” [28] . Esta describiendo uno de los elementos incorporados para divertimento en los jardines italianos de época manierista.

Como se ha dicho o este relato es un desiderata de Juan Vicencio, o el que lo escribió lo hace de oídas

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Grabado - Estanque
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El estanque

El estanque era navegable y ofrecía la opción de la pesca, en deseo de Lastanosa, y en propuesta del jardinero diseñador, pues en el dibujo, “vista segunda”, aparece un pescador. El estanque era denominado también como la “pesquera” (fig - ). En su centro había un “escollo”, construcción a manera de templete, curioso y extraño, pero que queda minuciosamente desarrollado en otro de los dibujos, el del folio 230, de los adjuntados a la Genealogía. Este escollo es el elemento más lejano de la propuesta del manuscrito de 1639

Según Uztarroz el embarcadero estaba formado por escaleras de un ancho de doce palmos, enmarcado entre las estatuas de Neptuno y Venus. Su relación deja claro que todavía no estaban colocadas las otras esculturas para las que ya estaban hechos los pedestales “los ángulos del estanque los embellecen piedras de la misma grandeza, para labrar estatuas en ellas” [29] . No dice a cuantos pedestales se refiere. En los dibujos aparecen cuatro de las cuales las que enmarcan el embarcadero una es Neptuno. La otra podría ser una figura femenina. Sin duda cuando escribe Uztarroz, no había más esculturas. En las vistas hay dos esculturas más que podrían ser una femenina y otra masculina. Es una de las constataciones que nos permiten deducir que los dibujos son anteriores a la descripción.

En la descripción de 1639 se habla de seis estatuas. ”Los seis cuadritos que están dentro del cuadro que forma el estanque son las pilastras, o basas, en que hay seis estatuas: en las dos de la escala del embarcadero, en la una está Neptuno sentado sobre un delfín con el tridente en la mano; en la otra Baco sentado en una cabra, coronado de pámpanos, una vid con uvas en la mano; las otras cuatro son Juno, Palas, Venus y Diana” [30] Por lo tanto, en la ejecución de la obra se había replanteado la estatuaría sustituyendo a Venus por Baco. Eran las que estaban erigidas cuando escribió Uztarroz. Si de acuerdo con las vistas se llegaron a poner dos más, una pudo ser Baco y la otra una de las tres diosas restantes enumeradas en este manuscrito. De acuerdo con las vistas al tener algo así como un tridente una de las del embarcadero sería Neptuno, pero estaba de pie y no sobre un delfín. Tampoco parece que la supuesta de Baco estuviera sobre una cabra.

Entre los dibujos el más minucioso por estar hecho a escala más grande es precisamente el llamado “escollo” [31] . Este dibujo debió servir de base para este montaje pues da la sensación de que es lo que describió Uztarroz [32] . La construcción estaba en el centro del estanque. Era de base redonda y estaba abierta con ocho vanos arqueados. El material era piedra tosca, y ladrillo vidriado (dos veces cocido). Sobre el había algo así como un diorama que evocaba unas ruinas romanas, en un paisaje con flores, que parecía nevado porque para conseguir tal efecto se había hecho “... de una piedra de agua helada que se sacó de la cueva de Chaves, en los términos del lugar de Bastaras” [33] En este conjunto destacaban cuatro elementos que describe.

Es el artilugio que más divergencia ofrece con respecto a la descripción de 1639, donde resulta curiosa la descripción por la espectacularidad con que está concebido, esto es, una plataforma en círculo que rebasa el agua ocho palmos y a la que se accedía subiendo siete escalones [34] Las columnas serían de 315 cm (20 palmos). Soportaban arcos y remataban en figuras de los jardineros “más que regulares”, por exigencia de su contemplación desde los bordes del estanque. Eran surtidores. Los vanos estaban cerrados por barandillas y tras ellos había bancos. Encima algo así como un diorama de diez palmos de alto. Sobre ellos había que aumentar la sensación de altura en otros doce palmos, como consecuencia del efecto que producían cien chorros que caían en el agua a una distancia de siete varas. Las esculturas también eran surtidores. La sensación que todos ellos producían, según se afirma, era la de de lluvia con ausencia de nubes [35] Lo describe como de piedra trabajada y moldurada, sin embargo, siguiendo a Uztarroz, en el que ser realizó: “El adorno de esta obra es de piedra llamada tosca, de cristales de ladrillo dos veces cocido, corales blancos, piedras cuajadas de agua, villas, castillos, torres, ermitas, caseríos de pastores, ganado, perro, vivientes y brutos; y todo junto parece una gran montaña...” [36] .

En el lado norte del estanque, tal como aparece en las dos vistas, pegado a la tapia del camino de la Fuente del Angel, hay un entrante, a manera de pequeño canal, que debe entenderse como un embarcadero para atracar y quizá cobijar la góndola. Eso es lo que describe Uztarroz añadiendo que está junto a un pabellón: “... se entra en él por un gabinete cuadrado a manera de tienda en cuatro puertas de arcos redondos, con dieciséis ventanas. Lo alto remata en dos pirámides con volantes de hoja de lata...” [37] Efectivamente tal construcción aparece en las vistas, aunque de ellas debe deducirse que las ventanas propuestas eran solo doce y no necesariamente se puede concluir que se había pensado en cuatro puertas. La no coincidencia total lo único que significa, una vez más, es que a la hora de su construcción se introdujeron modificaciones con respecto al proyecto.

Quizá con un entusiasmo sobredimensionado, no al margen de la licencia metafórica, al llegar a ese punto de la descripción dice que en el estanque se reflejaba la ciudad y la figura de Alcides con su bola. Siendo posible según cómo se mirara, tal apreciación podía responder a la misma motivación que le llevó a exagerar la distancia del lago con respecto a la casa, pues dice que es poco menos de 500 varas, cuando en realidad había en torno a 300 varas desde la línea de fachada, de acuerdo con el plano general levantado a escala en varas “. ”Esta espaciosisima laguna, en el purísimo cristal por la parte de oriente, copia mucha parte de la ciudad de Huesca, sus torres y edificios, hasta el Alcides, que está en la esquina de la casa que se describe, y parece que arroja sobre sus aguas el globo que tiene sobre sus espaldas, con haber de distancia poco menos d 500 varas” [38] . A veces las apreciaciones de bulto resultan inexactas sobre todo si, cuando se escribe, se piensa que no son decisivas, y que contribuyen a mejorar la descripción de lo que se presenta.

Según las vistas el estanque estaba pegado a la cerca que separaba el jardín del camino de la Fuente del Ángel. No coincide, en consecuencia, con los croquis de 1639, pues entre la tapia y el estanque hay camino. La explicación puede estar en que en la década de los cuarenta del siglo XVII, se modificó la tapia dando más ancho al Camino de la Fuente del Angel. Están documentadas en 1649 obras de ampliación del Camino del Angel reconstruyendo la tapia, actuación que debió preverse al hacer las vistas [39] . Podría ser un indicio a favor de la autenticidad del manuscrito de 1639, donde se reflejaría la situación de la “pesquera” o estanque con respecto a la tapia, que posteriormente, en aquel año citado, anularía la calle que había entre los dos elementos. Sería una cesión de terreno por parte de Vincencio Juan a favor de la ciudad.

Según la descripción de 1639, el estanque tenía por sus cuatro frentes 380 pasos. Se entiende esta vez que es el perímetro que equivaldría a unos 265 metros aproximadamente. Esta medida dista mucho de lo recogido en la planta dibujada en varas donde sería algo así como 173 varas, cuyo equivalente vendría a ser de 133,54 metros. De acuerdo con la planta levantada a escala el estanque venía a ser de la extensión un poco menor que una piscina olímpica y mayor que una piscina municipal El lado largo opuesto al embarcadero tenía 4O metros, y el lateral corto de poniente 15,50 metros. La descripción de 1639 habla de tres barcos para pasar a la torre [40] .

Otros rincones

De la constatación que supone que Uztarroz no hable de otros elementos que los que aparecen en las vistas, sin enumerarlos todos, debe deducirse que eran los que existían en el momento de la descripción.

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Grabado - Jardín-Casa
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Consecuentemente, que al sector sur de la calle mayor lo llame huerta, es indicativo de lo que era el resto del predio, no descrito hasta ahora, situado detrás de la casa de Lastanosa. Aunque los jardines tenían o habían tenido algo de “hortus”, probablemente cuando a esta parte la llama huerta es porque es algo diferente al sector norte, de la calle mayor.

Según el plano general que incluye escala la zona sur de la calle mayor estaba dividida en cuatro partes coincidiendo con el manuscrito de 1639, aunque aquí aparecen en cruz y allá en aspa.

Tanto en la planta general como en las vistas, un largo vial llamado “calle mayor” en los croquis de 1639, y calle principal en la descripción de Uztarroz, cortaba el jardín de oriente a poniente, desde la casa hasta la cerca o tapia de la Ronda de la Conquista o del Matadero [41] . A su vez, quedaba cortado a escuadra por el camino o calle que salía al camino de la Fuente del Angel, antes mencionado.
La distancia entre la fachada de la casa y la tapia o cerca de poniente era de 363 varas. Según esta cifra el equivalente vendría a ser 280 metros. Sobre el plano parcelario de la ciudad esa distancia actualmente es de 290 metros. La diferencia es inverosímil y la similitud viene a confirmar el alto nivel de información de esta planta y los otros dibujos.
No hay o no han llegado a nosotros dibujos de detalle del sector correspondiente a esta mitad sur. Probablemente, en el momento de dibujar las “vistas” su planificación se había dejado para una segunda fase y, cabe sospechar que el ajardinamiento de aquella parte nunca se hizo. Así se debe suponer de la no existencia de dibujos ni de alusiones, ni siquiera en la “narración...” de 1662. “los jardines y huerta, que los describo con decir que ellos y ella tienen de circuito cuatro mil y setecientos pies de circunferencia y divididos en cinco jardines y un laberinto con aguas corrientes, y manantiales perennes, un espacioso estanque, árboles silvestres, y fructíferos...” [42] . Es lo que, en número y elementos, ya había descrito a su manera el manuscrito de 1639. Quizá esta parte siempre fue la “huerta” de Lastanosa, propiamente dicha.

Siempre se puede afirmar que lo que se hizo por esta parte de la huerta fue sin proyecto, o que los dibujos se han perdido. En todo momento hay que tener presente la descripción de Uztarroz, quien se limita a decir que por esa parte había un bosque de álamos. Esta escueta referencia debe tener en nuestro intento de recomponer los jardines una valoración bien diferente a la consideración de información insuficiente. La relación de Uztarroz y las vistas están muy lejos de la descripción minuciosa que de ese sector hace el manuscrito de 1639. Cuando esta descripción es prolija en curiosos detalles para Uztarroz no merece ninguna atención, y, por supuesto, no habla de animales feroces.

Por entonces se ordenaron paseos con álamos, en diferentes ciudades, llamándose alamedas. En el Jardín de Lastanosa podrían ser los árboles que enmarcaban la calle mayor, que enfilaba con la torre de la casa coronada por una escultura de Hércules [43] .

En aquella descripción se habla de animales exóticos, que dieron pie a pensar que Lastanosa tenía en su jardín algo así como un pequeño zoo. La descripción llega a situarlos coincidiendo con cuatro puntos cardinales que, a su vez serían los extremos de los viales principales que desembocaban en puertas. Las jaulas estarían enmarcando estas puertas. A juzgar por la descripción de algunas esculturas, si algo llegó a haber fueron animales de barro. Así se había visto en otros jardines. No de otra forma hay que pensarlo, pues si se hubiera tratado de bichos vivientes hubiera sabido que los avestruces no comen hierro, aunque se puedan tragar algún objeto.

En lo que parece que es un intento de dejar constancia de lo relevante y significativo, más extraño es que Uztarroz no hable de los parterres situados en el sector norte de la calle mayor, que aparecen en las vistas. De ellos se habla en el relato de 1639 como lugar destinado a flores, y como propuesta para ellas debe entenderse la forma como están dibujados en las vistas. Estos parterres para flores aparecen también detrás de la casa en la “zinografia y montea”. Es indudable que las flores en el jardín de Lastanosa eran abundantes, variadas y exóticas. Así lo corrobora también el manuscrito de 1662 donde hace un breve elenco de ellas, después de insistir en varios lugares de este manuscrito en su abundancia hasta haber dado suficiente para adornar con profusión tanto la iglesia de San Lorenzo como la Catedral, en las fiestas que tuvieron lugar aquel año [44] . También se mencionan en la narración del mismo año “multitud de flores sin que falten las que gozan los mas remotos países para cuyo logro he tenido la correspondencia del docto Fillol en Tolosa, de Juan Bautista Dru en León, Herbolario del Rey de Francia, el cual me remitió el catálogo de sus flores en el año de 50 impreso en León año 1649” [45] . Es conocida la importancia que los libros de flores tenían en su biblioteca, particularmente los tulipanes, especialmente apreciados y con particular significación [46] . Probablemente esta abundancia y variedad fue el rasgo mas sobresaliente del jardín de Lastanosa.

Uztarroz describe también el jardín o plaza que había justo detrás de la fachada posterior de la casa-palacio. De ella dice que es cuadrada, cortada en aspa que delimitaba triángulos de los que llega a decir que tenían las puntas redondeadas. Coincide con lo poco que de este sector deja entrever la “zinografia y montea” [47] de la casa Lastanosa, y consecuentemente ayuda a recomponer este espacio. Según los croquis de la descripción de 1639, al jardín se salía por el centro, aunque tampoco esta vez es fácil sincronizar los dos croquis de este manuscrito [48] . Después habría que atravesar la puerta que según la planta de la genealogía general estaba situada en esviaje [49] . Daba a la calle principal, la mayor, quizá la enmarcada en álamos, que cortaba o articulaba el jardín de oriente a poniente dividiéndolo en dos sectores.

Deducciones

Consecuentemente a todo lo anteriormente dicho debe descartarse el pretender sincronizar las dos descripciones entre sí, la del 1639 y la de Uztarroz, y aquella y los dibujos. Las constataciones y el análisis que preceden han intentado poner de manifiesto que relación tiene todo el material disponible. El presupuesto que subyace es dejar claro que, como tantas veces sucede, una cosa es lo que se deseó, otra lo que se proyectó, y otra lo que se llevó a cabo. Esto tiene un especial significado en una época, en un siglo, donde la metáfora con hipérbole era lenguaje común y la fabulación una alternativa por la que se intentaba mejorar o incluso sublimar la realidad. No al margen de ello está la metáfora a Salastano que Baltasar Gracián incluyó en el Criticón [50] . Se puede decir que lo que los dibujos proyectaron y lo que se realizó se acomodaba mejor a lo que era un jardín, y, en particular, un jardín italiano, mientras que lo que parece pretendía Vicencio Juan estaba más próximo a sus afición a singularidades y “bizarries”, que caracterizaba a su gabinete. Hay dudas también con respecto a la calidad de los materiales, Probablemente algunas figuras eran de barro y el escollo, por ejemplo no se hizo en piedra sillar, a pesar de que dice el manuscrito de 1639, sino de piedra tosca”. Probablemente no debía ser muy rico.

El jardín realizado se acomodó a lo que se había generalizado en Italia en el siglo anterior con la moda de lo que se ha llamado “manierismo”. Era un hortus italiano manierista, con muchos frutales. Esto a pesar de que los jardineros fueran franceses según se dice en el manuscrito de 1639. De ellos se afirma que fueron incapaces de aprender español y que eran de aspecto muy feo hasta ridiculizarlos en las estatuas que los representaban en este escollo. La descripción, en todo caso, no desconocía los caprichos de moda en el jardín manierista italiano del siglo XVI cuando habla de chorritos activados a discreción por quienes controlaban o enseñaban el jardín, para llamar la atención de los visitantes.

No es improbable que el proyecto, el que corresponde a las “vistas”, pudiera diseñarlo el escultor napolitano Angelin que trabajó para Lastanosa. Sería un jardín eminentemente floral, hasta deslumbrar, pues todos coinciden en su abundancia y variedad. De ello se deja constancia en los documentos poco antes mencionados. Este parece ser el aspecto preferentemente cuidado por Lastanosa.

La incógnita

Con respecto a este jardín singular aunque quizá no tanto como se pretendió difundir uno de los aspectos mas desconcertantes es que no hay indicios arqueológicos. Cabe pensar que, como ha sucedido con todos los jardines, el terreno ha crecido dejando cada vez más hundidas las primitivas estructuras. Así es como, por ejemplo, en los jardines históricos suelen aparecer como muy bajos los bancos si son los originales. Del jardín que nos interesa tiene que conservarse la estructura del estanque, que era de piedra y del que se dice que estaba embetunado. Y dentro de él la base del escollo. El estanque estaba donde se conserva el monumento al Cerco-Liberación. Quizá pudieron venderse las esculturas como se vendió la biblioteca y se disperso la pinacoteca, pero tiene que haber restos de ladrillos vidriados de los parterres, quizá fragmentos de esculturas de barro, e incluso algún fragmento de enlucidos pintados, si en esto la descripción de 1639 describió algo que al menos en parte fuera realidad. Esta es la prueba pendiente que avale lo que se desea que hubiera sido el jardines de Lastanosa. Si nada, absolutamente nada apareciera habría que deducir que todo había sido una fábula. Si ha sido realidad tiene que haber indicios, pues en su lugar no se ha construido, y el estrato tiene que estar oculto bajo la actual capa del parque.

Uztarroz murió en 1652. El año anterior certificó que los papeles de la Genealogía se ajustaban a la verdad [51] . Su descripción, que no está en este tomo, lógicamente es anterior. Si el manuscrito denominada Descripción, que ha sido uno de los puntos de referencia de este estudio, es de 1639, se debe pensar que los planos son de la década de los cuarenta del siglo XVII. El desajuste entre este relato y lo que parece fue realidad puede ser, tal como apuntaba Coster, por un deseo de vender un producto. Si está dictado por Lastanosa, tal como sugirió, es un punto de referencia para conocer a este personaje [52] . Está dicho con reiteración que probablemente no pasó de ser la manifestación de una idea a proyectar.

En cuanto a las reiteradas alabanzas, de que se deja constancia, en el supuesto de que fueran tan numerosas como se recoge, hay que considerar como normal que, los que quedaron alojados o acogidos en la casa, no podían menos que alabar lo que el dueño apreciaba. Este tomaría nota magnificando los testimonios. Probablemente a esta sobredimensión contribuyó la aportación de Gracian. En cualquier caso el jardín tenia algo de singular y en una pequeña ciudad como Huesca, donde todo y todos eran conocidos, y único, pues no se había visto nada parecido.

Localización

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Vista aerea - 1954
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Como queda dicho, el plano cuenta con el inestimable aporte de la escala en varas. Las vistas son dibujos que en planta coinciden con aquel y que, a su vez, ofrecen tanta información minuciosa que es posible levantar los alzados abatidos y recomponer los rincones ideados. Esto es lo intentado en los grabados adjuntos.

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Jardin-XVIII
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Estos rincones, a juzgar por Uztarroz, en buena parte existieron. El mismo calificativo de “vistas” dado a los dibujos no es secundario, pues en esa época se utilizaba para designar dibujos que pretendían dar información verídica sobre ciudades y paisajes reales. El género pictórico acabaría desarrollando en el siglo siguiente, el XVIII, una modalidad pictórica de mucho éxito que consagró a los especialistas llamándolos “veduttistas”. La bonita maqueta expuesta en la exposición de mayo del 2007 debió seguir todavía con más fidelidad la información de estos dibujos, controlando la interpretación de algunos detalles.

Por la verosimilitud que conllevan y el rigor con que fue hecho todo este material histórico nunca ha habido ninguna dificultad para ubicar con toda precisión tanto el conjunto como los detalles del desaparecido jardín en lo que hoy es el actual Parque de la ciudad, lo cual ya lo hicimos en 1978 cuando al recomponer el aspecto que ofrecía la ciudad de Huesca en el siglo XVIII, consideramos que era un aporte importante para la axonométrica entonces dibujada, colocar una insinuación del los jardines en lo que, en este siglo, era simplemente “huerta de Lastanosa”, por haber desaparecido completamente los jardines (fig -). La descolocación del estanque fue entonces un desliz arbitrario, por pensar que era un detalle intrascendente que, sin embargo, mejoraba la apariencia de la axonométrica, al quedar el estanque en colocación más lógica. De todas formas, en el croquis del manuscrito de 1639 está separado de la tapia. A la misma arbitrariedad respondía el colocar una verja junto a la fachada del Coso, aunque no había ningún fundamento documental para ello. Cualquier otra imprecisión solo lo es como consecuencia técnica de haber levantado el plano 30 grados para conseguir el efecto axonométrico.

En esta recomposición era fácil ubicar el laberinto en el lugar exacto donde había estado. Del plano del Museo Provincial, datado en el siglo XVIII era complementario y un extraordinario eslabón el del Obispado, hecho a mediados del siglo XIX sobre aquel, pero con la peculiaridad de que dejaba constancia de lo que todavía entonces era la huerta de Lastanosa. El contorno de la huerta y, antes, los jardines, en ambos planos era impreciso pero coincidía plenamente con el mapa de Huesca levantado con rigor técnico por Casañal en 1891, donde todavía se mantenía la denominación de Huerta de Lastanosa. El camino Ronda de la Conquista y camino del Matadero se mantuvieron en su trazado y ubicación secular hasta la ampliación del Parque que se inauguró en 1972. El camino de la Fuente del ángel había desaparecido al ordenar el parque a finales de los años veinte del siglo XX. A pesar de ello y por haberse mantenido la fuente del Ángel hasta finales de los sesenta, en el vuelo aéreo de 1954, el llamado vuelo americano, este camino todavía se reconoce, y precisamente por eso se podía recomponer el lugar donde estuvo el laberinto. Por la huella persistente que mantuvieron ambos caminos, el del Ángel y la Ronda se detectaba que el laberinto estaba exactamente donde actualmente están los servicios públicos del Parque Municipal. Estos están ubicados en un entorno que en la actualidad diseña un cuadrado de la misma irregularidad, aunque un poco mayor, que lo que correspondía al laberinto de Lastanosa. El diseño del nuevo parque del alcalde Vicente Campo hizo coincidencia de la demarcación de parterre o rincón con el emplazamiento y forma del histórico laberinto que los diseñadores de este parque ignoraban por completo [53] .

Los dibujos históricos, por lo tanto, aportan importante información que es susceptible de recogerse, para una reconstrucción minuciosa. Es lo que ha quedado plasmado en los grabados y dibujos adjuntos. Porque la suerte de contar con una información tan precisa permitiría recomponer fácilmente todo el jardín. No siendo aconsejable alterar un Parque que es histórico y significativo para la ciudad de Huesca, como el que actualmente tiene, que se remonta a la década de los veinte del pasado siglo, se podría volver a plantar dentro de él, sin alteraciones importantes, el laberinto con su túnel. Para ello lo único que habría que hacer es trasladar los servicios y levantar bancos y mesas. Casi todos los árboles podrían permanecer incorporados entre los setos y dando sombra a todo el laberinto, aún reconociendo que no hay base para pensar que así los hubiera en el histórico laberinto. Sería una forma de compaginar historicismo y respeto al arbolado existente, de acuerdo con criterios de valor ecologista.

Finalmente, el homenaje más adecuado sería dar al Parque de Huesca el nombre de Parque de Lastanosa, trasladando el de Miguel Server para otra realidad más próxima a lo que fue la aportación de este científico.

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Axonometrica
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Fuentes

1639 - Biblioteca Nacional, Madrid: mss 18727/45, Las tres cosas más singulares que tiene la casa de Lastanosa en este año de1639, publicado integro por A. Coster en 1912, y resumido por R. del Arco Garay en 1934, en Erudición Aragonesa en el siglo XVII en torno a Lastanosa, Madrid 1934, pp.215-231.

1647- Francisco ANDRÉS DE UZTARROZ Descripción de las antigüedades y jardines de D. Vincencio Juan de Lastanosa, hijo y ciudadano de Huesca, ciudad en el reino de Aragón. Escríbela el solitario. Año 1647. Al Doctor D. Francisco Filhol, lustre, ornamento, y elogio de la ciudad de Tolosa, Zaragoza, Diego Dormer, 1647 (en verso).

1651 - Biblioteca Nacional, Madrid: Mss. 22609: ....libro formado e ilustrado el año de 1651 por Don Vincencio Juan de Lastanosa... (f. II) (recompuesto en 1788), Contiene certificación de Francisco Andrés de Uztarroz firmada en 1652, (f. 3); incluye plantas y “zinografia y montea”, de casa y jardines (fols 227-233).

1651-1653: Baltasar GRACIAN, El criticón, Zaragoza-Huesca, 1651-1653. Parte II, Crisi II.

1650 - The Hispanic Society of America, Nueva York, Mss 2424 de N.Y. Breve alusión a los jardines en fol 179). La Narración fue publicada por R. del Arco en 1934.- aprox. Abitacion de las Musas, Recreo de doctos, Asilo de virtuosos. Escribelo Don Vincencio Antonio de Lastanosa en Huesca. Incluye un soneto “Don Pedro Jerónimo Gatero a la selva en que escribe el Solitario el Museo y casa de Don Vincencio Juan de Lastanosa” (fol11); la descripción de las antigüedades y jardines, redactadas por Uztarroz 1647 (f.13ss. El jardín Fol. 28-31). Incluye también la Narración de lo que pasó a D. Vincencio Lastanosa a 15 de octubre del año 1662 con un religioso docto y grave (f. 32 -79v) Romancero jocoso a la desnudez de la estatua de Alcides...por el Solitario, 1646 (f. 80). A partir del folio 96, Resumen de los autores impresos y manuscritos que hablan de Don Vincencio Juan de Lastanosa recogidos por mi Ermenegildo de Lastanosa su hijo (después de 1672) (incluido Lope de Vega). Desde el folio 125 diversos poemas a diferentes objetos, piedras preciosas, ropas, y traducción de epigramas. Incluye versos de Ana Abarca, de Francisco de la Torre, Salinas. El manuscrito acaba en el folio 167 con mención a Francisca Abarca de Bolea.

1662,- Biblioteca Nacional, Madrid: mss 18727/55. Narración de lo que pasó a D. Vincencio Lastanosa a 15 de octubre del año 1662 con un religioso docto y grave. En los Fol. 179 y 179v, incluye una alusión a los jardines, breve, pero importante.

1662 - Biblioteca Nacional: Madrid: mss 18658/1 Relación de las fiestas que se han hecho en la ciudad de Huesca....

A partir de 1769, Biblioteca Pública, Huesca: mss 76. : Andrés de Uztarroz: Descripción del Museo de Lastanosa ... en Félix LATASSA, Memorias literarias de Aragón, p. 131-170, (jardines pp. 165 -170. Es copia siglo XVIII)

Bibliografía, (orden cronológico)

1910 - R. del ARCO GARAY, Don Vincencio Juan de Lastanosa. Apuntes bio-bibliográficos, en Boletín de la Real Academia de la Historia, T LVI, cuaderno I, enero 1910, pp. 387-427,( Descripción de la casa, p. 389-419; Jardín, 415-419). Es el texto de Latassa, de Memorias literarias de Aragón.

1911 - A. COSTER, “Antiquaires d’autrefois”, en Revue des Pyrènées (T.XXIII) (1911), pp. 436-471 ; jardines, en p. 447-448.

1912 - A. COSTER “Une descripción inédite de la demeure de Don Vincencio Juan de Lastanosa”, en Revue Hispanique, XXVI, (1912), pp. 566-610. Es el mss18727/45, de 1639.

1934 - R. del ARCO GARAY, “Descripción de la casa de Lastanosa, por el cronista Andrés de Uztarroz, a mediados del siglo XVII” en La Erudición Aragonesa en el siglo XVII en torno a Lastanosa, Madrid 1934, pp. 221 ss. (jardín, pp. 247-251). Es el texto que había publicado en 1910, a partir del texto de Félix Latassa, en prosa. Incluye también p. 162-171 “Descripción de las antigüedades y jardines...”, en verso, de Uztarroz, publicado por Dormer 1647, y un extracto del manuscrito de 1639, en pp. 215-221.

1962- KIRON, “Don Vincencio Juan de Lastanosa ciudadano de Huesca” en Heraldo de Aragón, 1, febrero, 1962: Primera publicación de los dibujos de los jardines. Con posterioridad J. A. LLANAS ALMUDEVAR “La desaparecida casa de Lastanosa en el Coso de Huesca”, en Nueva España, 10 agosto 1972, publicó el dibujo de la casa, y F. BALAGUER , “Las maravillas de la casa de Lastanosa”, en Nueva España, 27 agosto , 1972, publicó la vista segunda del jardín dibujada por José Luis Gratal, a partir de los originales de la Biblioteca Nacional.

1978 - A. y J. NAVAL MAS, Huesca siglo XVIII, Zaragoza, 1978. p 116. Primera localización exacta de los jardines en el Parque de Huesca.

1990 - Mª J. CALVO SALILLAS: Arte y Sociedad: actuaciones urbanísticas en Huesca, 1833-1936, Huesca, Ayuntamiento, 1990, p. 126.

1994 - F. GIL ENCABO “Vincencio Juan de Lastanosa y sus prodigios”, en Signos (Arte y Cultura en Huesca. De Forment a Lastanosa. Siglos XVI-XVII) Huesca, 1994, jardines, pp.119 y 120.

1998 - C. MORTE, “El jardín de Lastanosa en Huesca: Eliseo de la Primavera”, en Actas: El jardín como arte. Arte y naturaleza. Huesca 1997. Publicado en 1998, pp.113-161.

2000 - P. BOSQUED LACAMBRA, “Tipología del Jardín de Lastanosa: una hipótesis basada en las descripciones y dibujos existentes sobre jardines”, en Actas del I y II curso en torno a Lastanosa. La cultura del Barroco. Los jardines: arquitectura, simbolismo y literatura, Huesca 1994-1995, publicado en 2000, pp.129-148.

2003 - F. GIL ENCABO, “Lastanosa y Gracian: en torno a Salastano”, en Baltasar Gracian IV Centenario (1601-2001). Actas. Huesca 2001, publicado en 2003, pp. 19-60.

2005 - C FONTANA CALVO: “En torno a la cronología y los elementos del Jardín de Lastanosa” en Argensola, num. 115, (Huesca 2005). Aporta documentos relacionados con obras en el jardín en 1640, 1643 y 1649. El de este año está relacionado con la conclusión de la pesquera.

2007 - A. RABANAL YUS “Los jardines de Vincencio Juan de Lastanosa”, en Vincencio Juan de Lastanosa (1607-1681), La pasión de saber, Huesca, 2007, p. 69-77.

2007- En la Conferencia Internacional habida en mayo de ese año, en Huesca, sobre “Lastanosa, arte y ciencia en el Barroco”, La segunda sección fue dedicada al “Jardín”, (no publicado).

Ilustraciones

- 1 Planta general. (mss. Genealogía, fol. 228 )
- 2 Alzado de la fachada, con jardín (mss, Genealogía, fol. 229)
- 3 Pabellón central del estanque llamado “escollo” (mss. Genealogía, fol. 230)
- 4 “Primera vista” (mss. Genealogía, fol. 232 )
- 5 “Segunda vista” (mss. Genealogía, fol. 233)
- 6 Jardín de Lastanosa, detrás de la casa (grab. A. Naval)
- 7 Jardín de Lastanosa, reloj y embarcadero (grab. A. Naval)
- 8 Jardín de Lastanosa, sector del IHS y laberinto (grab. A Naval)
- 9 Panorámica del Estanque. Por exigencia de la perspectiva no parecen paralelos los lados mayores, que lo eran. (dib. A. Naval)
- 10 Axonométrica del laberinto y resto del jardín. (dib. A, Naval)

[1- R. del ARCO GARAY, “Descripción de la casa de Lastanosa, por el cronista Andrés de Uztarroz, a mediados del siglo XVII ” en La Erudición Aragonesa en el siglo XVII en torno a Lastanosa, Madrid 1934, pp. 221 ss. (jardín pp. 247-251). Lo había publicado en “Don Vincencio Juan de Lastanosa. Apuntes bio-bibliográficos”, en Boletín de la Real Academia de la Historia, T LVI, cuaderno I, enero 1910, pp. 387-427,(Descripción de la casa, p. 389-419; Jardín, 415-419). Es el texto de Latassa, de Memorias literarias de Aragón, pp.131-170 (jardín, pp.165-170) del Mss 76, de la Biblioteca Pública de Huesca.

[2- BN de Madrid, mss. 18727/45, Las tres cosas más singulares que tiene la casa de Lastanosa en este año de1639; publicado por A. COSTER “Une descripción inédite de la demeure de Don Vincencio Juan de Lastanosa”, en Revue Hispanique, XXVI, (1912); R. del ARCO GARAY, “La casa de Lastanosa en 1639” en La Erudición Aragonesa en el siglo XVII en torno a Lastanosa, Madrid 1934. pp. 215-221:es un “...extracto de lo más curioso...”

[3- P. BOSQUED LACAMBRA, “Tipología del Jardín de Lastanosa: una hipótesis basada en las descripciones y dibujos existentes sobre jardines”, en Actas del I y II curso en torno a Lastanosa. La cultura del Barroco. Los jardines: arquitectura, simbolismo y literatura, Huesca 1994-1995, publicado en 2000, p 147: hace ver que las cosas no encajan y piensa que el mss de 1639, de la Biblioteca Nacional de Madrid, era un jardín hipotético, y que solo se realizó aquello en que coinciden.
2003 - F. GIL ENCABO, “Lastanosa y Gracian: en torno a Salastano”, en Baltasar Gracian IV Centenario (1601-2001). Actas Huesca 2001, publicado en 2003, pp19-60. Propone considerar el manuscrito de 1629 como una falsificación tardía.
El Manuscrito, pudiendo ser tardío e incluir la copia de otros papeles, es del siglo XVII. Entonces copiaría un original de 1639. Es cierto que en esta cifra que aparece en la segunda línea fue rectificado el número 9 de las decenas en sustitución de un 4, pero el cambio no altera substancialmente la cuestión. No hay base para sospechar de la rectificación de otro número en esa fecha. El manuscrito es de la misma mano que los números de la paginación que aparecen arriba a la derecha. Los que debajo fueron puestos para foliar el texto son diferentes y posteriores.

[4-Madrid: Biblioteca Nacional Mss 22609 Genealogía, fol. 228.

[55 Pablo LARA IZQUIERDO Sistema aragonés de pesos y medidas. Zaragoza, 1984, No da un valor único para la vara aragonesa, pero las oscilaciones son en 4 milímetros, variación intrascendente para nuestro interés: p 76, vara =0,772m.; p196, vara = 768,95 mm

[6- Madrid: Biblioteca Nacional Mss 22609 Genealogía, fol. . 232 y .233.

[7- ibidem, fol. 229.

[8-A. y J. NAVAL MAS, Huesca, siglo XVIII, Zaragoza, 1978, La reconstrucción de la casa que esta publicación aparece está hecha sobre el dibujo del manuscrito. Cuando se hizo la acuarela de Carderera, por lo tanto en el siglo XIX , ya había sido desmochada la torre y desaparecida la imagen de Alcides-Hércules. En este dibujo no coinciden los montantes de la galería de ventanas que remata la fachada con el dibujo de la Genealogía. En tiempos de Lastanosa se hicieron obras en su casa que pudieron mejorar el aspecto presentado en la “zinografía y montea”, pero aún así surgen dudas para coordinar ambas imágenes. Por supuesto la “zinografia” tiene que considerarse como la propuesta original. Posiblemente la acuarela de Carderera es una interpretación libre, quizá por no haberse hecho sobre la apariencia real que tuvo antes de ser demolida en el siglo XIX. .C. GOMEZ URDAÑEZ , “Entre erudición y naturaleza, arquitectura. La casa de Vincencio Juan de Lastanosa” en Vincencio Juan de Lastanosa, Huesca, 2007, pp. 59-67.

[9- Madrid: Biblioteca Nacional Mss 22609 Genealogía, folio 232.

[10- A. RABANAL YUS “Los jardines de Vincencio Juan de Lastanosa”, en Vincencio Juan de Lastanosa (1607-1681), La pasión de saber, Huesca, 2007, p.71: la recomposición virtual es verosímil.

[11- Madrid: Biblioteca Nacional, Mss 22609 Genealogía., f. 229.

[12- Ibidem, fol 232

[13- Ibidem. (f.230)

[14-Madrid: Biblioteca Nacional, Mss.18727/45, p. 148. A. COSTER, op.cit., p 607

[15- Madrid: Biblioteca Nacional, Mss. 22609 Genealogía, fol 228

[16- F. Gil ENCABO, op. cit. p. 25 ss.

[17- 1934 - R. del ARCO GARAY, “Descripción de la casa de Lastanosa, por el cronista Francisco Andrés de Uztarroz, a mediados del siglo XVII ” en La Erudición Aragonesa en el siglo XVII en torno a Lastanosa, Madrid 1934, pp. 251, trascripción del texto de Latassa/Uztarroz, del siglo XVIII, en prosa, p 169, de la Biblioteca Pública de Huesca.

[18- El manuscrito de 1639 habla de 600 pasos de perímetro. Equivaldrían a unos 418 metros. Es decir unos cien metros de lado, si hubiera sido cuadrado equilátero, lo cual era imposible, pues no parece que superara en mucho los 200 metros todo su recorrido. El recorrido por sus calles no llegaría a los 700 metros. Sería el doble para volver a salir por donde se había entrado
Se puede pensar en setos de 60 centímetros de ancho, enmarcando pasillos de 2 metros de ancho. La plaza central, por el lateral más ancho, el de poniente, podría tener unos 20 metros de ancho.

[19- R. del ARCO GARAY, op.cit, trascripción del texto de Latassa/Uztarroz, copia del siglo XVIII, p 170, de la Biblioteca Pública de Huesca.

[20-F GIL ENCABO, op.cit., p. 26. Es propuesta sobre la “vista segunda”, la del folio 233. Implica tener que desandar todo el recorrido para salir.

[21- ibidem. No queda claro a qué se refiere al hablar de “lavador”: dado que es un jardín manierista o hortus, concebido con árboles frutales de los que se habla como existentes cerca de este lugar en el manuscrito de 1639. No hay que descartar la posibilidad de que sea una fuente semejante a la de los claustros de los monasterios.

[22- Madrid: Biblioteca Nacional Mss 18727/45, p. 148, y en A. COSTER “Une descripción inédite de la demeure de Don Vincencio Juan de Lastanosa”, en Revue Hispanique, XXVI, (1912), p 607.

[23-ibidem para el texto. Vista: Madrid: Biblioteca Nacional, Mss. 22609, Genealogía. Fol. 232.

[24- Murta es lo mismo que “arrayán”: Arbusto de la familia de las mirtáceas, de dos a tres metros de altura, oloroso, con ramas flexibles, hojas opuestas, de color verde vivo, lustrosas, pequeñas, duras y persistentes, flores axilares, solitarias, pequeñas y blancas, y bayas de color negro azulado.(Dic RAE)

[25- Madrid: Biblioteca Nacional, Mss. 18727/45 No hay un valor para el “paso”. El llamado “paso andante” vendría a ser un poco menos que una vara aragonesa: unos 0,70 metros.

[26- R. del ARCO GARAY, op cit. p 251, trascripción del texto de Latassa/Uztarroz, copia del siglo XVIII, p 170, de la Biblioteca Pública de Huesca.

[27-Madrid Biblioteca Nacional: Mss 18727/45, de 1639. p 143; A. COSTER , op.cit., pp. 604.

[28- Mss cit, p. 144

[29- R. del ARCO GARAY, op. cit. p. 249. trascripción del texto de Latassa/Uztarroz, copia del siglo XVIII, p 167, de la Biblioteca Pública de Huesca.

[30- Madrid Biblioteca Nacional, Mss. 18727/45, de 1639. p. 146 A. COSTER , op. cit., p 607.

[31- Madrid: Biblioteca Nacional, Mss. 22609 Genealogía. fol. 230.

[32- R. del ARCO GARAY, op. cit p 249-250, trascripción del texto de Latassa/Uztarroz, copia del siglo XVIII, p 167-168, de la Biblioteca Pública de Huesca.

[33- R. del ARCO GARAY, p. 306; Mss. cit. p. 168: Es cueva de la sierra de Guara, término de Bastaras (Huesca) de gran atractivo para los espeleólogos, por su singularidad, y su misterio, no al margen del alto riego en la exploración..

[34- De acuerdo con las medidas dadas se elevaría sobre el agua en poco más de un metro y medio. Pablo LARA IZQUIERDO, op. cit. p 76: palmo 0,193 m; p 160 y 196 192,237 mm..

[35- Madrid Biblioteca Nacional: Mss 18727/45, de 1639. p. 146; A. COSTER, op. cit, p.607..

[36- Madrid, Biblioteca Nacional, ibidem ; A. COSTER, op. cit, p. 606 ; R. del ARCO GARAY op. cit. p.
249, trascripción del texto de Latassa/Uztarroz, copia del siglo XVIII, p 168, de la Biblioteca Pública de Huesca. Uztarroz hubiera dejado nota de detalles como las estatuas de remate y sobre todo los cien chorritos de haber existido.

[37- R. del ARCO GARAY, op.cit. p. 250, trascripción del texto de Latassa/Uztarroz, copia del siglo XVIII, p 169, de la Biblioteca Pública de Huesca. Si se tiene como referencia el dibujo, las dos pirámides serían superpuestas. Es decir la superior estaría apoyada en otra troncocónica., como consecuencia de la articulación o superposición de las “hojas de lata”.

[38- R. del ARCO GARAY, op. cit p. 251. trascripción del texto de Latassa/Uztarroz, copia del siglo XVIII, p 169, de la Biblioteca Pública de Huesca. Según el plano general en varas no podía haber mucho más de 250 varas de distancia.

[39- C FONTANA CALVO: “En torno a la cronología y los elementos del Jardín de Lastanosa” en Argensola, num 115 (Huesca 2005). El documento de 1649 está relacionado con la conclusión de la pesquera.

[40- Madrid Biblioteca Nacional, Mss. 18727/45, de 1639. p. 144 y 145; A. COSTER, op. cit. p 605 ss. ; Biblioteca Nacional, Madrid, Mss. 22609, Genealogía, fol, 228.

[41- Las varas de la calle mayor o principal del jardín que se deducen de la planta de la Genealogía, de acuerdo con la escala que incluye, sería de 320 desde el volumen más saliente de la casa, donde parece que estaba la puerta del jardín en esviaje, hasta la tapia de la Ronda o Camino del Matadero. Sería un pasillo de 247 metros (vara = 0,77 mm.) bordeado de árboles, quizá álamos. La tapia o cerca pasaba por medio del vial que actualmente separa la rosaleda de la acequia y estanque de los cisnes. Allí se mantuvo hasta la ampliación del parque que se inauguró en 1972.

[42- Madrid, Biblioteca Nacional, Mss.18727/55, de 1662, fol 179, Los 4700 pies de la Narración ... dan 1203 metros. Pablo LARA IZQUIERDO, op. cit., p 76: pie = 0,257 m. p160 y p 196: pie = 256,316 mm.

[43- La alameda de Huesca, era conocida en el siglo XVIII. De ella habló Antonio Pons, aunque no estuvo en la ciudad. Se había organizado en el siglo XVII. A . y J. NAVAL MAS, Huesca, siglo XVIII, Zaragoza, 1978, p 68. Con anterioridad en el XVI, se había organizado la que fue la más celebre, la de Sevilla, llamada de Hércules.

[44- Madrid, Biblioteca Nacional, Mss. de 1662, fol. 15v.

[45- Madrid, Biblioteca Nacional Mss. 18727/55, de 1662, fol 179; Francisco Andrés de Uztarroz Descripción de las antigüedades y jardines de D. Vincencio Juan de Lastanosa, hijo y ciudadano de Huesca, ciudad en el reino de Aragón. Escríbela el solitario. Año 1647. Al Doctor D. Francisco Filhol, lustre, ornamento, y elogio de la ciudad de Tolosa, Zaragoza, Diego Dormer, 1647 (en verso). Enumera flores del Jardín; The Hispanic Society of America: Mss 2424, fol 11, “Don Pedro Jerónimo Gatero a la selva en que escribe el Solitario el Museo y casa de Don Vincencio Juan de Lastanosa soneto” : hace alusión a las flores, principalmente tulipanes;

[46- R. del ARCO GARAY, Don Vincencio Juan de Lastanosa. Apuntes bio-bibliográficos, en Boletín de la Real Academia de la Historia, T LVI, cuaderno I, enero 1910, En nota habla de que recibió información sobre flores, además del Dr. Dru, de Lyon, , de Morin, que desde Paris le envió un catálogo de tulipanes publicado en 1655, y que tuvo contacto en el señor Mariscote , de Bolonia, a quien le pidió la rosa de China muy difícil de conseguir.

[47- Madrid, Biblioteca Nacional, Mss 22609, Genealogía, fol. 229.

[48- Madrid Biblioteca Nacional: Mss. 18727/45, de 1639. p.104 y 105; A. COSTER, op. cit. p 571 y 572

[49-49 Madrid, Biblioteca Nacional, Mss. 22609, Genealogía, fol. 228.

[50- BALTASAR GRACIAN, El Criticon, Zaragoza y Huesca 1651-1653,Parte II Crisi II

[51- Madrid, Biblioteca Nacional Mss. 22609, Genealogía, fol. 3: Certificación de 1652.

[52- A COSTER op. cit.. p. 567. Este historiador dice, que es de baja calidad literaria que atribuye al escriba,

[53-

Mª J. CALVO SALILLAS: Arte y Sociedad: actuaciones urbanísticas en Huesca, 1833-1936, Huesca, Ayuntamiento, 1990, p. 126.


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