PLAN DIRECTOR DE LA CATEDRAL DE HUESCA

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MEMORIA-PROYECTO
PARA PONER LA CATEDRAL Y EL ENTORNO EN VALOR IDENTITARIO, CON TODOS SUS BENEFICIOS

La Catedral y el Entorno están situados en la ciudad de Huesca. Todo comprende un área de unos 10.000 metros cuadrados, es decir una hectárea, aislada en tres lados, por tres calles.
Está conformada por cuatro sectores históricos: Catedral, Palacio Episcopal, Canónica y Prepositura.
 Es un conjunto Histórico-Arqueológico único, pues es completo en todas las fases de la historia de la península ibérica
 Conserva restos de construcciones históricas de todas las épocas, en grado no solo apreciable sino destacable.
 Restos arqueológicos y construcciones constituyen un relato completo de la rica y particular historia de la ciudad que, a su vez, es de la historia de España.
 Es susceptible de “poner en valor” con fines turísticos y, consecuentemente generar lo que hoy se llama “crear riqueza”.

Dado el historial de las décadas precedentes y las previsiones de futuro urge un PLAN de REFERENCIA para el conjunto, y un equipo de GESTIÓN del mismo. Las circunstancias aconsejan involucrar a las diferentes administraciones.

Desarrollo de los puntos precedentes
Afortunadamente y de forma sorprendente no se ha especulado con los terrenos vacíos y con las construcciones en ruinas, permitiendo llegar a nosotros un conjunto de edificaciones, quizá ruinosas pero con una capacidad de evocación y unos valores de plástica visual sobresalientes, como son los restos del Palacio Episcopal, la Claustra y los 13 lagares de la Prepositura.
La secuencia histórica de lo conservado es completa. No se han encontrado vestigios ibéricos pero con toda probabilidad saldrán. La presencia de unos cuarenta arcos estructurales de las construcciones, no pocos de gran diámetro son un índice de su valor arquitectónico y sus posibilidades de atractivo visual.
El edificio de la Catedral es sobresaliente dentro de la arquitectura gótica aragonesa. Su valor y peculiaridad, consecuentemente a su sencilla armonía, son apreciadas por la mayor parte de los visitantes. Es icono legítimo y adecuado de la ciudad y una parte de la razón de ser de su existencia hasta que Huesca adquirió la condición de capital de la provincia. Con la de Tarazona son las única de Aragón que tiene una silueta formada por arbotantes y pináculos, y la única con espléndida portada esculpida y un distintivo e identificativo tejaroz.
El Palacio Episcopal medieval, o Palacio Viejo, que está muy mermado tanto por descuido de las últimas siete décadas como por intervenciones completamente desacertadas, llevadas a cabo por la administración civil, ofrece posibilidades de fuerte evocación, al conservarse numerosos arcos y poder reponerse otros sin adulteraciones. Los dos arcos del vestíbulo son monumentales. En apreciación del profesor Carretero, de la Universidad de Barcelona, “junto a las residencias episcopales de Santiago de Compostela, Orense, Barcelona, Tortosa y Gerona, es el más destacado conjunto arquitectónico residencial y urbano vinculado a la figura de un prelado medieval hoy conservado en la Península” (P 54) a ellos se podría añadir, Lérida, y Sigüenza, pero con más posibilidades que estos. Esta singularidad compartida con destacados conjuntos es una referencia más para su estimación.

La Claustra, comunidad de canónigos, desapareció hace 700 años pero sus espacios transformados, de los que es evidencia el claustro románico, evocan la convivencia de aquella comunidad y la actividad que en siglos siguientes se desenvolvió en torno a la Catedral, que mantuvo entre otros una Escuela Catedralicia, heredera, con toda probabilidad de una Escuela Coránica, luego trasformada en Estudio General, y finalmente en Universidad. De lo que se puede conseguir con imaginación y respeto, son evidencia palpable los claustros románicos recuperados y las estancias ruinosas que hablan de la actividad habida en torno a ellos. La sala de los machones (últimamente casa del “espantaperros”, Perrero-Macero), y los contiguos espacios de la antigua sala Capitular conservan notorios restos arqueológicos. Entre ellos dos arcos visigodos, resto muy escaso en la península a pesar de haber sido una etapa importante en su desarrollo. Estos vestigios son únicos en Aragón.

El área de la Prepositura, es especialmente valiosa. puede servir para identificar el resto de los sectores históricos. La entrada estuvo en la calle Forment donde se conserva la puerta que merece ser tratada en su peculiaridad. De ella forman parte los lagares llegados a nosotros de forma sorprendente, pues pudieron haberse convertido en cantera de materiales de construcción vendibles para construir en la ciudad. Los espacios que configuran son únicos en la ciudad. Difícil será encontrar un conjunto similar para la transformación del vino, incluso en los monasterios. Recuérdese los destacados monasterios aragoneses en ninguno de los cuales hay tantos lagares. Este conjunto de Huesca tiene la calidad de una arquitectura bien construida, aunque no fuera planteada para ser relevante. Al margen de esa intención, con la variedad y articulación de los diferentes elementos resulta una construcción bella y armoniosa.

De ellos forma parte la Sala de la Limosna, institución de legítimo orgullo para la ciudad. Su arquitectura se remonta a época musulmana. Su hundimiento hacia 1980 la sumió en la ruina. Es pieza susceptible de ser reconstruida por lo que fue, por sus valores arquitectónicos y por lo que significó para la ciudad. Se cuenta con el documento excepcional que es una acuarela de Carderera. La intervención en este lugar implica reponer el arco hundido y recolocar el púlpito árabe. Sería la única reconstrucción propuesta en el conjunto.

Junto a ella están los dos arcos visigodos que enriquecen considerablemente la historia e identidad de la ciudad. El riesgo de hundimiento es muy alto. Conlleva información de una cultura, la visigoda, y una etapa, la de sus obispos, cuyas huellas no se conocen en otros puntos de Aragón. Pide una PRIORITORIA intervención de protección.

En este sector ofrecen grandes posibilidades las huellas y restos de la calle medieval de la Limosna que se conserva. Con edificios, siempre incompletos, medievales, y de los siglos XVI y XVII. Ofrece la posibilidad de la evocación de otros tiempos

Consecuentemente se requiere

 Conservación mediante consolidación de las partes que no se pueden perder como son los arcos visigodos y los tapiales. Urge cubrir, al menos, con techumbres de las generalizadas en sitios arqueológicos el vestíbulo del Palacio medieval, la Sala de los machones, y los lagares.

 Limpieza y recomposición moderada que permita entender el funcionamiento de cada sector.

 Reconstrucción de la Sala de la Limosna. Es la única reconstrucción propuesta, pero justificable dada su importancia histórica y significado para la ciudad. Su estado es consecuencia de la desidia de los años setenta del pasado siglo.

 Construcción de espacios para almacén del Museo totalmente inapropiado en su ubicación actual con alto riesgo de pérdida de sus fondos artísticos.

 Dado que se dispone de amplios espacios descubiertos de los cuales uno fue huerto-jardín medieval y otro parque-jardín del obispo, el relato visual se debería completar haciendo tres sectores con proyección didáctica dedicados respectivamente al jardín barroco, jardín renacentista, y jardín medieval.

 El servicio de Archivo de la Catedral y Diocesano, no es el más adecuado, cuando sus fondos son muy importantes. Se requiere dotarles de construcciones adecuadas en el área donde se obtuvo licencia al redactar el PEPRI.

 La Biblioteca del Colegio sertoriano de Santa Cruz y la Capitular son destacadas por su antigüedad y fondos, requieren construcciones adecuadas que permitan el acceso a los estudiosos.

Justificación de un nuevo enfoque de gestión

Siendo incuestionable la necesidad de recursos que no puede asumir la administración de la Diócesis, se requiere urgentemente un nuevo sistema de gestión de este conjunto. Sobrepasa las posibilidades de esta administración y conlleva una nueva percepción del Patrimonio cultural y artístico por parte de la sociedad y una nueva forma de vivir la religiosidad que no ha desaparecido.

Lo que hay y ha llegado a nuestra generación en Huesca es porque lo gestionó el clero de la ciudad con sus aportaciones y la de todos los ciudadanos. A partir de la pérdida de recursos propios con la Desamortización supuso una depauperación del Patrimonio Español preferentemente religioso que lo es en su mayor parte. Legítimamente se puede y debe tener presente lo realizado a lo largo de la historia por la institución clerical, y particularmente lo conseguido desde la Diócesis en creación de Patrimonio artístico y su mantenimiento. Si ha llegado a nosotros es porque lo conservaron. Debe tenerse presentes y no minusvalorar lo realizado en la Catedral por su clero, sobre todo en las dos últimas décadas. Asimismo la aportación a la imagen y actividad económica de los más de 2000 metros cuadrados recuperados, en el Entorno, principalmente con función de Museo, cada año visitado por un número de visitantes que ha crecido desde su apertura de forma considerable.

Esto no implica minusvalorar lo aportado por la Administración civil, la DGA, Ayuntamiento, e Ibercaja, llevado coordinadamente. También implica tener presente lo realizado en la Catedral tras la Guerra Civil por Regiones Devastadas, Dirección General de Bellas Artes y Dirección General de Arquitectura, y, después, la Diputación General de Aragón. Unos y otros hicieron trabajos que de ninguna manera podía afrontar la administración de la Diócesis, y cuya no prestación hubieran supuesto el empobrecimiento y pérdida del Patrimonio Cultural de Huesca.

El estado de la cuestión proporcionado por la trayectoria histórica de los últimos dos siglos y las previsiones de futuro piden afrontar de diferente forma esta parte del patrimonio de la ciudad que tras su “puesta en valor” como evocación elocuente de la identidad de la ciudad, y consiguiente turistización lo incrementaría en unos 4000 metros cuadrados con sectores de interés destacado. Junto con la Catedral y lo recuperado de su Entorno, identificaría a una ciudad que siempre lo fue destacada por ser episcopal y universitaria. Esta perspectiva identitaria es más importante de lo que usualmente se percibe y será la que más valoraran las generaciones venideras por encima de los recursos económicos que les hayamos podido procurar.

A pesar de la extensión del terreno y de que afortunadamente quedan bastantes vestigios no es necesario hacer grandes dispendios si se establecen criterios de actuación y se racionalizan las inversiones.

EN CONSECUENCIA

Se debe estudiar la conveniencia de gestionar este Patrimonio de la Iglesia de Huesca de acuerdo con las nuevas circunstancias y nuevas sensibilidades.

Es imprescindible un PLAN DE REFERENCIA que condicione cualquier actuación puntual. Este plan y su puesta en efecto no puede ser encomendado con carácter de exclusividad a un arquitecto, quedando excluido cualquiera que no tenga conocimientos de arquitectura histórica y experiencia de intervención en el patrimonio cultural y artístico. Necesariamente tiene que ser un equipo en el que es imprescindible con papel decisorio la presencia de Historiadores del Arte-Historiadores, arqueólogos y restauradores con conocimiento de historia de la arquitectura y construcción, y expertos en museología y gestión del patrimonio artístico.

Huesca, octubre, 2019
Antonio Naval Mas

 ANM, “Plan de referencia para el entorno de la Catedral” en Diario del AltoAragón- Domimgo, ( 30, junio,2019)
 ANM, “Un entorno singular en Aragón” en Heraldo de Aragón, (25, junio.2017)
 ANM, “El entorno de la Catedral y la Escuela Taller”, en Cuadernos Altoaragoneses, num. 384, (2-junio-1996), fotogrs.